miércoles, 30 de julio de 2008

La verdad sobre las corridas de toros




Esto no es una novela amarillista ni está maquillada para causar más impresión. Es la historia real que cuenta el final de miles de vidas, con el más sádico de los sufrimientos. Tomemos conciencia de una vez, que el sufrimiento animal NO debe servir de entretenimiento. Y te pedimos, te rogamos, que cuando recibas una cadena de mail para firmar una petición, te acuerdes de lo que leíste hoy.

Publiqué este artículo en mascotas.org.

Pasamos a detallarlo:

Los días previos a la corrida los toros sufren el estrés del transporte, se los priva de agua y comida, se los golpea para debilitarlos y se les aplica grasa en los ojos para afectarles la visión…a pocas horas del espectáculo se les deja lamer piedras de sal y tomar agua en cantidad, para que sus cuerpos sean más pesados y torpes, además del desbalance hidrosalino que les provoca.

Se los encierra en un lugar oscuro para enceguecerlos y afectar más la visión, y cuando finalmente llega el momento del espectáculo, el toro se suelta a la plaza donde es aturdido haciéndolo correr hasta el cansancio. Luego se acerca el picador (el que se acerca con el caballo), y le clava repetidamente la puya, una lanza que destroza músculos, nervios, vasos sanguíneos.

La puya abre agujeros en el animal que provocan gran dolor y sangrado. Más tarde el toro es atacado con banderillas terminadas en arpones o ganchos, que quedan agarradas a los tejidos, desgarrándolos.

Como si esto fuera poco, atraviesan al toro con un estoque de 80 cm. de largo y muy afilado, que en su entrada va destrozando pulmones, hígado, estómago, etc. El pobre animal está aturdido, dolorido, asustado, y aún corriendo para de defender su vida en una lucha que tiene el resultado arreglado de antemano.

Cuando esta espada les corta alguna arteria importante, comienza la agonía entre vómitos de sangre, que sale a chorros por la nariz y la boca. En un intento desesperado por vivir, suelen buscar la puerta por donde entraron, para escapar y volver a la tranquilidad del campo…

Es en ese momento de intenso dolor, debilidad extrema, confusión y miedo, que se acercan sus verdugos, con el descabello, una espada que termina en una cuchilla de 10 cm, a clavársela en la nuca. Llega un momento en que el animal se rinde y cae al suelo aún consciente.

Y este es el fin, queridos amigos… le clavan en la nuca un puñal de 10 cm llamado puntilla, hurgando entre los músculos y huesos para cortar su médula espinal. Cuando finalmente la encuentran, el toro queda paralizado, y si tiene suerte termina muriendo asfixiado al tener paralizados los músculos de la respiración. Pero un último regalo… aún con vida, le cortan las orejas y testículos con un cuchillo, y lo arrastran fuera del campo, tirado por caballos.

¿Cabe una justificación razonable para este calvario? Y como último agregado… los caballos de los picadores llevan ese “traje” para que no veamos las heridas que le provocan los cuernos del toro, donde más de una vez provocan la salida de sus vísceras, que enseguida se rellenan con paja para que esto no se vea. Además les cortan las cuerdas vocales para que el público no oiga sus gritos.

Dedicado a mi viejo.

1 comentario:

Shuli7a dijo...

Nena, la ultima vez que vi un video en este blog me hice vegetariana... me da miedo darle clic al "play" :S :S :S :S